sábado, 10 de diciembre de 2011

Tombeau pour monsieur de sainte colombe. (1701). M. Marais

Es quizás el más simple, pero sin duda el más emotivo. Hay menos inquietudes contrapuntísticas, pero aquí los descensos cromáticos, enriquecidos por los ornamentos, semejan sollozos y suspiros. La sucesión de acordes menores que rematan la pieza le otorgan un cierre implacable.


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